Hay noticias que dejan a las personas civilizadas sin aliento. He podido leer con horror en el periódico el País (día 20 de junio de 2010), que un joven de 37 años (enajenado mentalmente con seguridad) ataca violentamente y finalmente arranca uno de los brazos a la talla de Juan de Mesa "El Cristo del Gran poder".
Ha sido un ataque sin sentido contra nuestro arte y nuestro patrimonio histórico-artístico del cual podemos presumir (de pocas cosas más dadas las circunstancias).
El joven de 37 años ha tenido fortuna de nacer y vivir en un país civilizado (al menos ahora) pues sí perpetra dicho acto en país ortodoxo no sale con vida del templo y si lo hace por aquellos años de Torquemada es cocido vivo en su propia jugo (acto incivil izado también por cierto).
De todas formas, no es sólo un ataque contra una magnifica talla de madera de cedro obra del afamado tallista sino un ataque sin sentido contra el sentimiento de todo un pueblo.
En Sevilla medra un profundo sentimiento de fe en esta talla. Que puedes ser un sentimiento dado a discusiones, sin duda, pero que es respetable como otros sentimientos, también. Aunque a uno ese tipo de sentimientos no le muevan, si es uno, persona civilizada y amante de la convivencia pacífica.
Yo diría a este chico, (perpetrador del ataque ) que si intentó "castigar" a la talla, por su mala sombra, por su enfermedad mental o física o de su situación de desempleo, se equivocó (la talla de Juan de Mesa no tiene culpa de tú mala suerte; añado más, ni siquiera Cristo en el cielo tiene culpa de tus problemas y te habla alguien que tiene muchas dudas sobre el cielo). Te ruego que empieces a ser civilizado y que pidas perdón por tu barra basada que no se puede ir por el mundo destruyendo tesoros de todos e hiriendo sentimientos.
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